¿Requiem para el rock?
Imagen: Archivo Rock Boliviano, Medio Siglo
The Donkeys en el Teatro al Aire Libre de La Paz.
Imagen: Archivo Rock Boliviano, Medio Siglo
En los años 1950 saltó a la palestra el género que ha marcado a la juventud de varias décadas. Corriendo el 2024, se pone en duda su supervivencia.
El rock explotó en el mundo a mediados de los años 50 del siglo pasado y, como una bola incandescente de energía, provocó una revolución protagonizada por jóvenes que iba a transformar a las sociedades de Occidente. Un sentimiento rebelde y contestatario se apoderaba de las nuevas generaciones como nunca en la historia; este movimiento cultural no pasó a ser tan solo la expresión de un nuevo género musical ni una nueva moda, se trataba de una asonada que cambiaría los pensamientos, hábitos y costumbres de las juventudes en el mundo, al expresar su desencanto con los centros de poder por cómo decidían sobre sus vidas y destinos.
Esas guitarras eléctricas generaron ruido desde su preludio. Del sur estadounidense habían surgido aquellas primeras expresiones de desahogo de la mano del estilo de música “blues”, promovido por los esclavos afroamericanos, que encarnó en artistas como Robert Johnson, Chuck Berry, John Lee Hocker, Buddy Guy, cuya propuesta de tres acordes fue retomada por algunos artistas blancos que empezaron a redimir el dolor de aquellos músicos oscuros. Entre ellos, el más famoso por transgresor: Elvis Presley, aquel muchacho de Memphis, perteneciente a la denominada “white trash” (basura blanca), como llamaban los estadounidenses antiesclavistas del Norte a los del Sur, desde donde el patilludo empezó a romper esquemas que le demandaron irremediables críticas. Allí, el joven había crecido rodeado de una comunidad negra que inspiró su estilo, y su relación con los negros y su música ya había empezado a ser vigilada por un gobierno que defendía las leyes de segregación, así que su figura empezaba a ser un peligro para el status quo estadounidense. Por todo ello, y quizá como una estrategia para acallar su popularidad, el ya denominado Rey del rock fue incorporado al Ejército de los Estado Unidos para cumplir con el Servicio Militar en 1958, que lo retuvo dos años en Alemania alejado de los escenarios y silenciado para la masa popular.
Pero la llama ya se había encendido y el fenómeno empezó a extenderse hacia otras latitudes, encontrando en la isla de la Gran Bretaña a sus principales cultores, quienes reaccionaron alucinados a lo que se había inventado en su excolonia, empezando a producir un sinnúmero de bandas entre las que descollaron The Beatles y The Rolling Stones, a las que, con el paso del tiempo, se fue sumando otro abanico de agrupaciones con productos más exquisitos y elaborados. Sin embargo, la corona inglesa, en tiempos de la reina Isabel II, nunca había visto con buenos ojos esta manifestación juvenil, dadas las críticas de esta generación de músicos a las constantes intervenciones militares por parte del imperio que los gobernaba. Artistas como John Lennon y David Bowie, por ejemplo, rechazaron los honores de parte de la nobleza inglesa, lo que generó un continuo malestar de parte de la Corona.
El patio trasero de la Américas también reaccionó al efecto rockero. México y Argentina empezaron a ser los principales referentes del género con grupos que imitaban el ritmo en idioma inglés en un inicio, para posteriormente adaptar esa cadencia a letras en español y así apropiarse del mercado hispanoamericano, que empezaba a reproducir sus obras en estaciones de radio y la naciente televisión. Enrique Guzmán fue rebautizado como el “Elvis Presley mexicano” y el grupo Sandro y los de Fuego arrasaba en el movimiento argentino de música popular denominado Nueva Ola. Sin embargo, en la misma sintonía a la de Estados Unidos y Europa, esta nueva expresión cultural también empezó a sufrir cierta censura no declarada desde los sectores conservadores, que se turbaban con los movimientos sexistas de sus actores y sus mensajes provocadores.
![Primer concierto de rock de la historia en 1952.](https://www.la-razon.com/wp-content/uploads/2024/06/20/03/Requiem-rock-blanco-1024x538.jpg)
Bolivia tampoco se mantuvo exenta del fenómeno cultural. La ciudad de La Paz fue el centro donde empezaron a germinar distintos grupos que de igual manera se iniciaron imitando a las bandas foráneas. El ex piloto de automovilismo, Armando Paravicini, fue uno de aquellos jovenzuelos que se adhirió al contagioso ritmo integrando el grupo Bonny Boys Hot’s. “Cuando llegó el rock a Bolivia, todos los jóvenes quedamos fascinados, al principio era una expresión ingenua, se pusieron de moda los blue jeans, los chicos nos reuníamos en casas de familia y nos divertíamos bailando. Pero con el tiempo esto cambió: los grupos hacían música más estridente, empezaron a usar el pelo largo y empezó el consumo de alcohol y drogas; ahí nuestros padres ya empezaron a preocuparse”, recuerda el piloto de carreras.
Con esos rasgos, los seguidores del rock sufrieron cierto rechazo. Javier Saldías, bajista de los grupos Black Birds y Climax, primigenios en el rock boliviano, dice que este estilo de música no fue muy bien recibido por el conservadurismo paceño. “Los policías nos acosaban y alguna vez llegaron a decir que por el pelo largo éramos maricones”. El conflictuado tejido social paceño también fue motivo de desencuentros y estigmatizaciones. Belisario Salgado fue el guitarrista de los Four Star, aquel grupo que había nacido en el barrio popular de Tembladerani de arraigadas costumbres “cholas”. Y alguna vez contó que sufrieron discriminación de unos y otros. “Nuestros padres y vecinos, que usaban pollera, nos criticaban porque empezamos a vestirnos a la moda, pantalones con botapie ancho y zapatos con taco alto, nos dejábamos el pelo largo y nos criticaban. Y cuando queríamos ir hacia el centro, donde tocaban los grupos más reconocidos, nos discriminaban por ser de la zona Norte”.
El cantante Dante Uzquiano, del grupo Wara, que empezó con las influencias rockeras de Deep Purple y Uriah Heep, comentó que durante la dictadura de Hugo Bánzer Suárez también fueron atosigados por las fuerzas militares y que, tras un evento en Palacio de Gobierno, fueron encerrados por algunos improperios vertidos por el propio Uzquiano, quien al ver que las bandejas de comida no habían sido tocadas tuvo el atrevimiento de gritar: “¿por qué no se lo dan a los pobres?”.
Así y todo, el rock siguió su evolución y dio lugar a varios subgéneros que endurecieron el ritmo y su pegada, con él nació la industria de los videoclips y los conciertos masivos que dieron lugar a superestrellas al nivel de Hollywood en su época dorada. Pero el fenómeno, extrañamente, empezó a desinflarse llegado el nuevo milenio. La aparición y producción de grupos rockeros fue menor en comparación a otras décadas, perdiendo su relevancia musical y cultural frente a otros géneros musicales.
¿Complot?
La desaparición de algunos sellos discográficos y los recientes decesos de algunas de las más notorias figuras de la escena fueron anticipando el posible final de un ciclo en la cultura rock. El primero en tirar la bomba fue el cantante de Rammstein, Till Lindemann, quien dijo que “la música en estos días, en mi opinión, se produce rápido y se hace en casa, todo en digital y con bajo presupuesto. Si eres un novato, no tienes oportunidad. No hay nada bueno que esté surgiendo, (…) la música y la calidad y el gusto es totalmente diferente”.
El dato fue corroborado por los estudios estadísticos de la estadounidense Nielsen, que verificó que otros géneros como el hip hop y el rhythm and blues superaron al rock como el más consumido, tomando en cuenta las ventas de álbumes, descargas y transmisiones de audio y video. El modelo de la industria discográfica, hasta fines del siglo XX en la producción, comercialización, distribución y consumo de fonogramas en productos físicos (vinilos, CD, cassettes, etc.), había caído en desgracia. Pero, más allá del consumo en redes, ¿cuáles fueron los verdaderos motivos para que el público que prefería al rock se haya volcado hacia otros géneros?
En la historia de la música hubo varias campañas para desprestigiar al rock. En el mandato del presidente estadounidense Richard Nixon, según algunas teorías, se habría iniciado una serie de acciones contra figuras del rock como Janis Joplins, Jimi Hendrix y Jim Morrison, que murieron sospechosamente, decesos en los que la CIA estaría involucrada, incluso con el de John Lennon, que murió en los años 80. Pero recientemente, los productores estadounidenses Rick Beato y Jim Barber, quienes llevaron adelante una profunda investigación sobre la debacle del rock, publicaron que, en 1996 en Estados Unidos, se sancionó una ley de telecomunicaciones que significó el principio del fin del rock.
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“Clinton aprobó una ley cuya intención era promover la inversión en la radiodifusión para poder garantizar una mayor participación. Entonces algunos grupos de empresarios empezaron aglutinando un gran número de emisoras y ya no contrataban a un gerente por cada una de ellas, sino que uno solo se hacía cargo de cientos de emisoras y difundían la música que sólo a ellos interesaba, porque tenían interés en posicionar a un mismo artista. Entonces se empezó a perder la diversidad de músicos cuya calidad no era evaluada, y los pocos grupos que aparecían querían parecerse a esas pocas bandas que se producían con bajos recursos de manera casi casera y sin costos elevados, sin atravesar por la evaluación de las empresas discográficas de antaño”, dice un parte de aquel estudio.
Los mismos investigadores señalan que el fin del rock se debe también a la corrupción en la que cayeron productores discográficos, que es, como toda industria, una empresa con fines de lucro. Por ello habrían fomentado la difusión de ritmos más austeros hablando de su producción, que se fue amplificando hacia el resto de países que empezaron a emitir a mayores grupos de géneros urbanos y de entretenimiento como el reggaetón, en detrimento del siempre crítico y sublevado rock.
Pero no es la primera vez que esto sucede. La primera muerte del rock se anunció en 1960. No era sólo que Elvis hubiera vuelto un poco raro de Alemania, ni que Chuck Berry fuese condenado por corrupción de menores. Posteriormente se dijo que el rock murió en 1969, cuando toda aquella furia excitante de sexo, rebeldía y ácido lisérgico se había convertido en una fórmula mortuoria. El rock también habría muerto en 1976, con los punks como ejército zombi, o en los 80, con el DJ como nueva estrella del pop. Sin embargo el rock parece ser como la yerba mala. No muere.
![](https://www.la-razon.com/wp-content/uploads/2024/06/20/03/Requiem-rock-mundial-1024x538.jpg)
Opiniones sobre la salud del rock mundial
Gene Simmons, bajista de Kiss “El rock ha muerto. La música más popular para el gran público cambia con el tiempo, fluye y refluye. Ahora mismo se hace mucha música rock, y puede que parte de ella suene demasiado distinta como para reivindicarla y llevarla al siguiente nivel, pero sucederá, sucederá. Pero la próxima gran banda de rock no será enorme porque suene como alguien del pasado, tendrá su propia voz”.
Glen Vargas, guitarrista de Track de Santa Cruz “El rock no va a morir nunca. Pienso que siempre va a estar vigente en aquellas personas que de algún modo pasan la batuta a los hijos. Hay muchos jóvenes a los que les gusta el rock clásico; obviamente sabemos que son otros tiempos y otros estilos de música que arrasan desde la parte comercial. Yo pienso que siempre se va mantener, aunque sea en una minoría de personas”.
Estheban Reynoso, productor argentino “El rock es un estilo de vida, de sentir, de rebelarse. ‘Los tiempos cambian’, decía Bob Dylan y ahora ocurre lo mismo. Hay artistas de moda, de culto y clásicos. Nadie puede negar que hoy estilos más urbanos como el trap o el reggaeton tengan más difusión en distintos medios. Claramente depende siempre del gusto del consumidor y la promoción o el desarrollo artístico que se realice”.
Luis Reyes, radialista en Santa Cruz “No podemos firmar el acta de defunción del rock, en Bolivia y el mundo, lo que acontece actualmente es solo una invisibilidad organizada contra un género contracultural y de difícil domesticación. El rock muta para evolucionar y ser siempre la voz joven que el mundo precisa para quejarse y no sucumbir ante la voluntad de los sistemas políticos vigentes. Así lo demuestran las millones de guitarras adolescentes vibrando en varios garajes del mundo”.
Hernán Laguna, productor y músico de Sucre “El rock no ha muerto, no está agonizando ni piensa morir. En Bolivia no existe la debida difusión, no se diferencia la calidad de un disco producido en Argentina, por ejemplo, de un disco grabado en un bolichito, esto a la gente tampoco le llega. En nuestro medio hay mucha mala competencia, el centralismo hace que todo se mantenga ajeno a lo que no sea en La Paz, en Santa Cruz tienen más identidad”.
Peegy Martínez, productora y radialista de La Paz “Sí, ha perdido vigencia por la ola de música que los medios de comunicación están difundiendo, reguetón entre otros, es a lo que meten plata las grandes empresas, lamentablemente la pornografía y la vulgaridad es lo que vende. Son los peores tiempos para el rock en cuestión a mercado. Lamentablemente han proliferado las bandas cover, todo es homenaje a los clásicos, las bandas que tienen producción propia no tienen éxito”.
![La estrella estadounidsense Elvis Presley marcó el inicio del furor que causó el rock & roll.](https://www.la-razon.com/wp-content/uploads/2024/06/20/03/Requiem-rock-Elvis-1024x538.jpg)
Los 5 hitos de un género maldito
Woodstock 1969 El festival de los festivales, del 15 de agosto al 18 de agosto de 1969 el rock vivió uno de los momentos más importantes. Un show en directo con artistas como The Who, Joe Cocker, Santana, Grateful Dead, hasta Jimi Hendrix y Janis Joplin. Más de 500.000 personas se reunieron sin prejuicios ni altercados en un evento prácticamente sin logística ni infraestructuras para idolatrar y disfrutar del rock and roll. Una oda al romanticismo de la humanidad que supuso un punto de inflexión en el movimiento hippie.
Ozzy Osbourne muerde un murciélago Uno de los artistas más representativos de lo que es una estrella de rock es Ozzy Osbourne. Él ha realizado las mayores locuras en el mundo de la música. En 1982, Ozzy Osbourne estaba realizando un concierto en Des Moines, Iowa, cuando un fan le arrojó un murciélago vivo al escenario. Sin darse cuenta de que era un animal real, Ozzy lo agarró y lo mordió, creyendo que era un murciélago de goma.
La censura a Elvis Presley Si hablamos del origen del rock hay que hablar de Elvis, una leyenda donde la haya y probablemente el padre de todas las estrellas del rock. El americano creó un nuevo estilo fusionando la música que había escuchado en los barrios donde vivía, barrios donde la música blues y country se fusionaba creando así un nuevo género al que llamaron Rock and Roll. Esta nueva música de Elvis venía acompañada por unos bailes que no gustaban a las altas esferas del país norteamericano. Su forma de interpretar supuso un antes y un después en la forma de entender los conciertos en directo.
La muerte de Kurt Cobain Uno de los mayores referentes del rock es Kurt Cobain, líder de la banda de grunge, Nirvana. El cantante murió el 5 de abril de 1994 a los 27 años a causa de un presunto suicidio por el disparo de escopeta.Todavía, al día de hoy, muchos de sus seguidores dudan de esta causa y hay varias hipótesis. La noticia de su muerte conmocionó a los fans de Nirvana y al mundo del rock en general, y se convirtió en un hito en la historia de la música. Con su muerte a los 27 años, se hizo un hueco en el llamado Club del 27. Sus adicciones a las drogas hicieron mella en su carrera, su pasión por la música y su estatus de estrella no coincidían con su odio a la Fm.
La actuación de Queen en el Live Aid Si hablamos de grupos icónicos es imposible olvidarse de Queen. La banda liderada por Freddie Mercury es una de las más influyentes en la música. Ha hecho muchos conciertos por todo el mundo pero, si hay que quedarse con uno, sería con el concierto benéfico Live Aid de 1985. Este show es considerado una de las mejores actuaciones en vivo de la historia del rock. La banda se presentó en el estadio de Wembley en Londres ante una multitud de más de 70.000 personas y fue transmitida en vivo por televisión a una audiencia global de más de mil millones de personas.
Texto: Marcos basualdo
Fotos: Archivo Rock Boliviano, Medio Siglo