Werk Statt: Nueva música boliviana interpretada por hand werk
Imagen: Miguel Hilari
Imagen: Miguel Hilari
El proyecto reúne cinco piezas contemporáneas de autores nacionales que se estrenarán el 18 de enero en el Centro Sinfónico Nacional
Un cubo de madera de cuatro partes articuladas como piezas de Lego, con un orificio para una canica en una de ellas. Muestras de audio de sikus y tarkas manipuladas con un instrumento creado con una plataforma de programación. Un meta-instrumento conformado por un violín y unas cañas frotadas con arco. Unos silbatos de menos de tres centímetros hechos de arcilla, cuyo sonido recuerda al de las ocarinas. Un flautista que sopla como un cantante de metal; un cellista que mantiene el arco fijo y mueve de un lado a otro el instrumento.
Estos son algunos de los instrumentos inventados y ciertas nuevas formas de interpretación de instrumentos convencionales que se utilizan en las cinco piezas de música contemporánea boliviana que el proyecto WERK STATT estrena este jueves 18 de enero en el Centro Sinfónico Nacional (Ayacucho 366) a las 20.00. La búsqueda de nuevos sonidos, el uso de herramientas electrónicas, las conexiones con la música tradicional boliviana y un impulso tan audaz como lúdico por transformar las cosas marcan el carácter de este proyecto colaborativo entre el colectivo de compositores Casataller de La Paz y hand werk, ensamble especializado en música contemporánea con sede en Colonia, Alemania.
Aunque pequeña, la escena de la música contemporánea en Bolivia es una de las más “inquietas” de la región. Proyectos como la Orquesta Experimental de Instrumentos Nativos (OEIN) y el espacio Casataller —cuyo eje de formación es clave para comprender una parcela interesante de generaciones recientes de compositores e intérpretes de música contemporánea, tradicional y popular—, así como la influencia de la obra y la ética de trabajo de Alberto Villalpando, entre otros compositores, han contribuido a la figuración de un paisaje musical estimulante y decididamente otro. Algo que WERK STATT, proyecto ganador del Internationaler Koproduktionsfonds del Goethe-Institut, usa como aliento para situar al centro de conciertos, talleres y seminarios enfoques nuevos para la creación musical en Bolivia.

Otros caminos para componer
WERK STATT es una apuesta por el diálogo abierto y creativo entre actores de diferentes contextos musicales. En el siglo XXI, esta es una de las pocas experiencias de colaboración entre compositores bolivianos y un ensamble europeo, para la creación de una serie de piezas de música contemporánea mediante un intercambio técnico, estético y conceptual durante varios meses, a distancia a través de reuniones y coordinaciones virtuales, y de forma presencial durante los ensayos de enero en La Paz.
Para Sebastián Zuleta, compositor y co-coordinador del proyecto, el trabajo conjunto con los músicos del ensamble durante el proceso creativo le permitió ir hacia lugares donde no necesariamente iría como compositor: “en el plano de la interpretación musical, nuestras ideas se transforman y cobran una forma final distinta y enriquecida, como producto de un trabajo articulado con los intérpretes, la manera ideal para trabajar música”. Del otro lado, Niklas Seidl, miembro de hand werk, remarca la novedad para el ensamble de interpretar instrumentos tradicionales bolivianos y la forma de intercambio para la creación y montaje de las piezas. “El hecho de que conociéramos a los compositores de antemano y de que pudieran probar cosas con nosotros, fue un factor decisivo en términos de trabajo conjunto cercano, a pesar de la gran distancia. En todo este proceso, nos gusta sobre todo la energía minuciosa que se ha puesto en las piezas y en la fabricación de los instrumentos. Estamos muy emocionados de estar en La Paz y conocer más la escena de la música contemporánea”.
Enriqueciendo las búsquedas comunes, la articulación creativa entre compositores e intérpretes tiene como resultado cinco formas de entender la creación en el campo de la música contemporánea hoy. Un ámbito que, por las condiciones del proyecto y de los contextos culturales que lo alimentan, aparece atravesado de puentes, resonancias, umbrales: lo que corresponde y hace un eco; lo que cita y, por ello, difiere. Así, la figuración de espacios, sus cuerpos y sonidos a través de otros es una motivación que articula a las obras de WERK STATT.

Cinco piezas para atravesar el espacio
Para que la escena se repita de Canela Palacios está basada en el libro El preparado de yeso de Marcelo Villena. “El autor habla sobre un libro de Blanca Wiethüchter en el que ella habla de la obra del pintor Ricardo Pérez Alcalá. Es como un juego de ecos, de mirarse en el espejo del otro, de repetir un rito, una escena”. En esta pieza hay un componente fuerte de juego con el espacio y la interacción entre los intérpretes. El espacio, explica Canela, “no está trabajado solamente en el sentido sonoro, sino también en el sentido ritual. La obra es un rito en el que participamos todos quienes estamos en la sala de concierto”.
En Maquila, obra de Mariel Téran, la ritualidad de un tipo específico de coreografía hace la escena y el espacio musical. La partitura está basada en la simbología utilizada y diseñada para la escritura de los diagramas bimanuales de manufactura, que detallan las acciones específicas a desarrollar por los operadores. A Mariel, quien también es ingeniera, le interesa la articulación entre el sonido y el movimiento, por sus alcances sonoros pero también visuales. “Para la ejecución de la pieza, diseñé un dispositivo-instrumento bajo el principio japonés poka-yoke, que significa a prueba de error. La obra recrea una maquila y está inspirada en las líneas de producción y el análisis de Frank Gilbreth para su optimización máxima, basándose en el estudio del movimiento. Pienso que engrana con las búsquedas del proyecto por derivarse de diferentes disciplinas, su contenido experimental que permite exploraciones e intercambios de conoci- miento y tradiciones”.
Otro de los intereses de WERK STATT es el trabajo con la electrónica. Para Liminal, el compositor Adrián Quintela utiliza micrófonos específicos que captan las dinámicas del violín, el cello, el clarinete bajo y la flauta traversa, cuyos sonidos activan en tiempo real muestras de audio de sikus y tarkas que son alterados con la ayuda de un dispositivo creado con softwares de programación. En la composición, Adrián se enfocó en el empaste de los sonidos escogidos y en la sensación temporal que implica atravesar un espacio de tránsito, como estar caminando por un pasillo o un puente, o durante un viaje. “Los instrumentos acústicos empiezan en un lugar, las sonoridades se mezclan, los artefactos ‘ensamble’ y ‘electrónica’ encuentran lugares comunes, para terminar transformados en otra cosa, más desconocida”.
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Abordando otras vinculaciones entre el espacio y el sonido, el tratamiento rítmico y textural de Sitios II de Miguel Llanque proviene de una serie de grabaciones realizadas en espacios abiertos en las que un evento sonoro, producido por dos piedras entrechocadas, genera diversas características que varían en función de su ubicación con respecto a la grabadora. “La pieza se basa en la transcripción, en ocasiones rigurosa, de estas situaciones acústicas. El tiempo psicológico, la sensación de profundidad o distancia y otros aspectos ligados a la experiencia sonora de un sitio específico aparecen transportados a una sala de conciertos, convirtiéndose en otra cosa”.
Finalmente, Perdido viajero de Sebastián Zuleta también trata la transformación y el eco de las cosas. La pieza parte de algunas impresiones que evocan la experiencia de recordar el paisaje urbano de La Paz: la silueta del Illimani, la música del Carnaval imaginada como un gusano de cola. “En la figuración sonora de estas imágenes encontré una lógica de variación instrumental, que necesitaba de la conjugación de instrumentos ad hoc y constantes cambios de técnicas, partiendo de la idea de un bloque barroco, donde conviven elementos dispares, que más adelante se diluye”. La pieza cita y transforma melodías de morenada que, escuchadas “a distancia”, adquieren otras formas.

Cruces interculturales
Como parte de su visita a La Paz, el ensamble hand werk ofrecerá un concierto con un repertorio centrado en la vertiente groovy y transgénero de la música contemporánea. “Aunque todos los compositores incluidos en el programa tienen sus raíces en la vanguardia clásica, las influencias de la música pop, metal, club y noise son evidentes en la mayoría de las piezas. El otro eje es la música performativa, en la que los gestos físicos y el sonido se convierten en partes de un teatro instrumental. El público debe esperar una introducción fresca y colorida a la música contemporánea”, cuenta Daniel Agi, integrante de hand werk y co-coordinador de WERK STATT. El concierto Corrientes / Strömungen será hoy domingo 14 de enero a las 19.00 en el Centro Sinfónico Nacional. La entrada es gratuita.
Por otra parte, el ensamble alemán facilitará un taller de técnicas contemporáneas, dirigido a miembros de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), ensambles, intérpretes y compositores, y basado en el estudio de las piezas bolivianas estrenadas en el marco del proyecto. Para Weimar Arancibia, director de la OSN, “esta capacitación resulta extraordinariamente enriquecedora y aleccionadora, teniendo en cuenta la labor de difusión y puesta en valor del vasto y diverso patrimonio musical boliviano que desarrollamos con la orquesta. Confío en que los participantes podrán nutrirse intensamente de la experiencia interpretativa y abordar nuevas sonoridades, formas de notación, posibilidades tímbricas y expresivas de la creación actual”.
Bolivia tiene una escena única y creciente para la música contemporánea, que brinda nuevos enfoques para crear música. WERK STATT responde a este estímulo e invita al público a escuchar y experimentar la música desde la transformación y la sorpresa.
Texto: Mary Carmen Molina Ergueta
Fotos: Miguel Hilari,Sebastián Zuleta y José Manuel Zuleta