Carlos Sbarbati, el ‘Cóndor’ en las alturas
Imagen: Agustín Dusserre
Artista. Carlos Germán Cóndor Sbarbati nació el 1 de marzo de 1971 en Buenos Aires
Imagen: Agustín Dusserre
Carlos Sbarbati, voz actual de la banda argentina de rock Bersuit Vergarabat, llegará a presentar su nuevo disco en Bolivia
Mi compromiso con la música fue de muy pequeño, en un hogar donde siempre estuvo presente. A los siete años me regalaron mi primera guitarra y desde ese momento comencé a desarrollar el camino por el cual sigo transitando. Ya a mis 13 años de edad vivía de la música, cantando en peñas y otros eventos, asumiendo que hacer música iba a ser el arte que me acompañaría toda la vida”. Carlos Germán Sbarbati, alias el Cóndor, resume en una frase su compromiso con el oficio sonoro. Nacido en Buenos Aires, Argentina, en 1971, desde muy pequeño ya mostraba sus dotes de intérprete y compositor. A los 14 ingresó a un coro, comenzando a cantar en el género lírico; posteriormente inició su carrera artística junto a su compañero de ruta Daniel Suárez, hacia 1988, en una agrupación llamada Resortes Antagónicos, en la que tocaba el bajo y también hacía la segunda voz. Luego recibió la noticia de su ingreso a los afamados Bersuit Vergarabat en 1997, junto con Suárez tras la salida de Rubén Sadrinas, también cantante, corista y frontman del grupo. Y ya reafirmado en la banda, desde los años 1998 a 2009 fue el corista de la numerosa cuadrilla que impuso hits como Yo tomo, El tiempo no para y Sr. Cobranza, hasta que se dio el alejamiento del líder de la agrupación, Gustavo Cordera, quien iniciaba su carrera solista y fuera reemplazado por Sbarbati.
Este Cóndor de vuelo amplificado llega en los próximos días a Bolivia para presentarse en las ciudades de La Paz y El Alto con un disco independiente de corte folklórico denominado Rabia al silencio, el cual representa un homenaje a Atahualpa Yupanqui, nombre artístico de Héctor Roberto Chavero, aquel cantautor, guitarrista, poeta y escritor argentino, considerado como el músico más importante de la historia del folklore de su país.
—¿Así que nacido para la música?
—Mi primera influencia fue mi padre, que a pesar de no ser músico era un melómano que nos hacía escuchar a muchos artistas de géneros variados que después me influenciaron artísticamente. Entre ellos puedo nombrar a Atahualpa Yupanqui, Los Tucu Tucu, Mercedes Sosa, Los Carabajal y hasta Goyeneche y Julio Sosa, para nombrar a algunos.
—¿Por qué folklore?
—Porque fue con el primer género musical que conecté en mi vida. Ya dije anteriormente lo que se escuchaba en mi casa y luego al momento de agarrar una guitarra, las canciones que yo sabía eran de folklore. Y cuando me lancé a escribir fue todo folklore. Luego, mi carrera tomó otros rumbos (los cuales también me hacen ser quien soy y lo agradezco), pero siempre tuve la intención de poder hacer un disco de ese género y por fin se dio la oportunidad.
—Yupanqui parece ser la luz a seguir…
—Es uno de mis grandes referentes, y de quien, con respeto y admiración, reversiono uno de sus clásicos Le tengo rabia al silencio, el cual le da nombre a este nuevo disco y que promete ser una de las perlas del álbum. Este trabajo propone un viaje que comienza con alegría y baile hasta la introspección de lo más profundo del ser. El disco tiene 10 canciones, propias, inéditas y clásicos del folklore argentino; cuenta con la participación de invitados como Nahuel Pennisi, Peteco Carabajal, Sebastián López (del grupo Tekis) y Los hermanos Núñez, entre otros.

De historieta
En la escuela, el pequeño Carlos llevaba consigo la historieta chilena Condorito para leerla durante los recreos. Fue a partir de ello que lo empezaron a conocer como el Condorito; cuando pasó a la secundaria y ya adolescente, sus compañeros lo rebautizaron como Cóndor, apodo con el cual se lo reconoce hasta hoy. Su gran momento le llegó cuando ingresó a Bersuit Vergarabat en 1997, con los que ha participado en la grabación de 10 trabajos discográficos además de colaborar con otros artistas del ambiente porteño.
—Reemplazar a Cordera ¿fue todo un desafío?
—Por supuesto que fue todo un desafío, no muchos grupos sobreviven a algo así, pero Bersuit siempre fue una banda sólida más allá de sus integrantes, con mucha trayectoria y canciones que son mucho más importantes que quienes integramos el grupo. Por eso entendimos, a pesar del alejamiento de Gustavo, que el público tenía que seguir disfrutando de Bersuit y nosotros de ellos.
—¿Cómo ves el ambiente musical argentino en la actualidad? (De artistas salidos de un conservatorio se pasó a generar estrellas de villa).
—En primer lugar, considero que no hace falta ir a un conservatorio para ser un gran artista, aunque siempre es bueno formarse en caso de tener la oportunidad. Dicho esto, con respecto al nuevo ambiente musical argentino, siempre que la música se renueve es como una bocanada de aire puro. Sea cual sea el género. Incluso las mezclas actuales son totalmente novedosas y a mí me resultan muy atractivas. Entiendo la resistencia de quienes están acostumbrados a otros formatos, pero la música se actualiza y no solo va tomando otros caminos, sino que se adapta a lo que hoy interpela a la juventud. Como en algún momento el tango y en otro momento el rock, solo para dar algunos ejemplos, fueron una novedad. Hoy lo es el estilo callejero y ojalá tenga la fortaleza para perdurar en el tiempo.
—¿Haces política con tu propuesta?
—Con la música en general hago política, cuento historias, momentos vividos, anécdotas, etc. Y mi proyecto personal no escapa a ninguna de esas aristas porque es la vida misma. Lo que nos pasa, lo que nos atraviesa, lo que compartimos y con lo que empatizamos.

En el camino
El año 2009 Bersuit Vergarabat se desintegró y Sbarbati, junto a Suárez en voces, Oscar Righi en la guitarra y Pepe Céspedes en el bajo, formaron el grupo De Bueyes, con los que ha editado un solo material de estudio, el cual titula Más que una yunta. Hasta que dio vida a sus composiciones en modo solista.
—¿Por qué elegiste Bolivia para la presentación de tu disco?
—Creo que Bolivia es un lugar con mucha tradición folklórica. Se une en toda nuestra región andina en lo musical. Además, con Bersuit visité varias de sus localidades y quedé encantado con su gente. Por eso creo que mis canciones pueden ser un gran canal para mantener vivo ese vínculo. Tengo las mejores expectativas. Siento que me van a conocer más allá del pijama. Hoy tengo un proyecto personal que me muestra tal cual soy y que creo va a generar un momento para disfrutar, sea en el teatro o en donde los acompañe mi música.
—¿Qué destacas del ambiente musical boliviano?
—En particular conozco a Los Kjarkas y a Los Chaskas, hace bastante tiempo que escuché su música y me gustó mucho. Además, escuché algunas sugerencias que ofrecen las plataformas digitales y seguro este viaje a Bolivia será una buena oportunidad para disfrutar de otros artistas.
—¿El público boliviano tendrá oportunidad de escuchar algo de Bersuit?
—Claro que sí. Mi repertorio es amplio, incluye canciones de mi disco Rabia al silencio, clásicos populares del folklore argentino y hermosas canciones que interpreto hace muchísimos años con Bersuit, que la gente quiere y con las que se emociona.
Alta agenda
El ‘Cóndor’ Sbarbati se presentará en la radio Wayna Tambo de El Alto el miércoles 6 de abril (19.30), junto a la rapera local Nina Uma.
El viernes 8 actuará en el Teatro Nuna de la zona de San Miguel de La Paz a las 19.30.