¿Por qué hay insuficiencia de divisas?
El autor complementa su explicación sobre los factores explicativos respecto a la escasez de dólares en Bolivia.

Si bien generalmente las segundas partes no son buenas, salvo el Padrino II, en esta entrega obligatoria quiero complementar con algunos otros factores explicativos del problema o la cuestión de la escasez crítica de divisas en el país.
Recapitulemos un poco: El Banco Central no es el único oferente de divisas en el mercado cambiario, puesto que solo las exportaciones del sector público tienen obligación de entregar divisas. Estas exportaciones que representaban un 47% del total exportado en 2015, se desplomaron a un 23,7% del 2023. Los ingresos de divisas cayeron a partir de 2015 generando continuos déficits de moneda extranjera explicado por la caída de ingresos de exportaciones de YPFB que, ante un aumento de divisas debido a sus mayores importaciones de combustibles, pasó de ser un generador neto de divisas de $us4 mil millones a un demandador neto por más de $us800 millones.
¿El servicio de la deuda externa es otro culpable de la insuficiencia de divisas?
En forma reiterada se ha sostenido desde hace tiempo que Bolivia tiene problemas de deuda externa y eso se ha venido expresado en las rebajas de las calificaciones crediticias del país con Fitch Rating, Moody’s.
Si uno analiza los indicadores tradicionales de solvencia, como es la relación del servicio de la deuda externa pública con relación al PIB, encuentra que a diciembre del 2023 era de 29,9%. Desde el punto de vista del país, la solvencia puede definirse como su capacidad para cumplir en forma continua con sus deudas.
Gráfico 1

El indicador de liquidez, que mide la relación del servicio de la deuda externa pública respecto a las exportaciones a diciembre de 2023 era de 12,5%. Los problemas de liquidez se han producido debido a una disminución pronunciada de los ingresos de exportación, a un aumento de las tasas de interés externas y al incremento del precio CIF de las importaciones de combustibles. Tanto el indicador de solvencia como el de liquidez son considerados normales y no son una señal de alerta de problemas de deuda.
Pero si se analiza la balanza cambiaria se encuentra que los desembolsos de la deuda externa, como componente del ingreso de divisas, menos las amortizaciones e intereses de la deuda ,como parte de la demanda de visas, en 2015 mostraba una entrada neta de recursos externos por $us490,9 millones mientras que en 2023 registraba una salida neta de divisas por $us481,5 millones, debido a que los desembolsos si bien se mantuvieron estables, el servicio de la deuda se multiplicó por tres, subió de $us500 millones a $us1.500 millones. Es decir, los flujos de recursos de financiamiento externo se revirtieron de positivos a saldo negativo.
Así encontramos adicionalmente en el último año una contribución en la escasez de divisas por la demora en la Asamblea en la aprobación de créditos externos. También resalta el hecho de no haber tomado en cuenta en la programación de divisas que de un servicio de $us1.012,4 millones en 2022 suba a $us1.490 millones en 2023 y no se tenga la disponibilidad suficiente en moneda extranjera en las RIN, constituidas en su mayoría por oro monetario. Estos temas generan ruido asociado a la deuda externa que es manejable y nada tiene que ver con la crisis de deuda de 1982, que está en mejor situación que en 2005 cuando el servicio de la deuda/PIB era de 63,5% y que el ruido fue amplificado por las calificadoras internacionales de crédito trepando fuertemente la calificación del riesgo país.
¿Y el papel del sector privado-bancos?
En la Balanza Cambiaria del BCB, en el egreso de divisas hay una cuenta “sector privado-bancos”, donde el principal rubro se refiere a “operaciones bancarias” con una nota aclaratoria que dice “Incluye transferencias al exterior y retiros de efectivo de las EIF”.
Esta cuenta de bancos en 2014 registraba egresos por $us2.406,3 millones (representaba un 33% de los egresos totales) y subió en el periodo 2015-2022 a un promedio de $us4.294 millones (con una participación del 51% en la demanda de divisas), para declinar en 2023 a $us2.246 millones, nivel similar al de 2014 con una incidencia de un tercio del egreso de divisas (Gráfico 2).
Por tanto, en la demanda de divisas no solo influyó la demanda por importaciones de combustibles de YPFB, sino el aumento de los pagos correspondientes al servicio de la deuda externa, así como un fuerte aumento de la demanda de divisas del sector privado-bancos en 2015-2022 asociado a transferencias al exterior y retiros de efectivo.

De esta manera hemos arribado a una conclusión adicional referida a que parte de la insuficiencia de dólares no solo estuvo asociada a los flujos netos negativos de YPFB, como se analizó en la primera parte de esta entrega, sino también a la salida neta de divisas por concepto del financiamiento externo y al crecimiento de la demanda de divisas del sector privado-bancos asociado a “transferencias al exterior y retiros de efectivo de las EIF”. Dado que el BCB no es el único oferente en el mercado de divisas, por lo tanto, la escasez se explica también por la incapacidad del sector exportador privado para contribuir a atender la demanda de divisas del sector privado financiero que ha crecido sensiblemente
La Balanza Cambiaria y la pérdida de Reservas
En la primera parte de esta entrega alertamos que como un proxi al mercado de divisas utilizamos la balanza cambiaria del BCB que es el registro estadístico de transacciones en divisas que se realizan a través de intermediarios del mercado cambiario. No es lo mismo que la balanza de pagos porque registra todas las transacciones entre residentes y no residentes. La balanza cambiaria se centra en las operaciones que originan flujos de divisas y que se canalizan a través de intermediarios del mercado cambiario doméstico y cuentas corrientes en el exterior.
Realizadas las salvedades analizaremos la relación entre el flujo neto de la balanza cambiaria y la variación neta de reservas internacionales que nos brinda la balanza de pagos (Gráfico 3). Observamos que entre 2014 y 2022 hay una estrecha relación casi uno a uno, pero en 2023 se observa una clara diferencia. Mientras el saldo de la balanza cambiaria es negativo en $us544 millones, la balanza de pagos nos muestra una disminución de reservas internacionales de $us2.087,6 millones.
Gráfico 3

¿A qué se debe esta gran diferencia?
La balanza cambiaria es un flujo de caja, no hay pierde, sin embargo, por suerte, la balanza de pagos tiene una cuenta llamada Errores y Omisiones. Esta cuenta según el Manual del FMI explica saldos no registrados tanto en cuenta corriente como en la cuenta financiera. Si obtenemos la diferencia entre ambos saldos encontramos $us 1.743,6 millones mientras que la balanza de pagos nos muestra una estimación de $us1.785 millones. La diferencia la pongo yo, es mínima y es una buena aproximación. Esto me permite adelantar una hipótesis, que existe un factor adicional a los analizados anteriormente que explicaría la insuficiencia de divisas y estaría relacionado, por un lado, con las importaciones no legales y con las salidas no registradas de capital y, por otro lado, con menores retornos de divisas por exportaciones legales realizadas y con un descenso en el precio o en el volumen de las exportaciones no legales (cocaína).
La tarea pendiente, que no voy a realizar, es que al igual como existe una economía informal, convive un mercado de divisas informal que no conocemos su magnitud e incidencia. Cualquier economía normal hubiera sido golpeada fuertemente con el shock de divisas que ha sufrido el país desde enero de 2023 y que llevó incluso a suspender la información diaria de las reservas internacionales y otros datos monetarios claves. Sin embargo, si bien nuestra economía es flexible y se acomoda de una u otra forma, los síntomas se agravaron en 2024 puesto que los precios de productos importados y nacionales empezaron a aumentar, el tipo de cambio empezó a fluctuar y empezaron a surgir problemas de stocks especialmente de bienes importados.
La situación amerita una respuesta consensuada y tal vez un referéndum que pregunte:
- ¿Está de acuerdo en constituir un Fondo de Estabilización con aportes de financiadores externos como FMI, el FLAR, la CAF y países amigos como Brasil y Colombia?
- Está de acuerdo en volver al sistema de minidevaluaciones que manejó el BCB exitosamente hasta noviembre de 2011.
Que no digan que son medidas administrativas de exclusiva responsabilidad del Órgano Ejecutivo, sobre todo cuando en el Gobierno de Goni no se pudo aplicar el famoso impuestazo por Decreto Supremo, ni la ampliación del spread cambiario mediante el incremento del diferencial cambiario entre el precio de venta y el precio de compra del dólar en 10 centavos. Ni qué decir, en la época de Carlos Mesa en que se revocó el aumento del diésel y en diciembre de 2010 cuando se echó atrás el Presidente Evo con el aumento del precio de los combustibles. El que esté libre de culpa que lance la primera devaluación y elimine la subvención a los combustibles.
Por ser miembro del Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR), que tiene entre sus objetivos “Acudir en apoyo de las balanzas de pagos de los miembros, otorgando créditos o garantizando préstamos a terceros”, Bolivia tiene el derecho a acudir a financiamiento por balanza de pagos. Los préstamos del FLAR pueden ser hasta 2.6 veces de su capital pagado, un equivalente a 733,2 millones de dólares, que significarían cerca de 5 veces el nivel en divisas de las RIN en agosto de 2024, que estaban en 153,1 millones de dólares, puesto que el restante de 1815,1 millones están constituidas por reservas de oro, lo que hacen un total de 1905,3 millones en RIN.