Inflación, mercado paralelo del dólar y carburantes, el carnet de identidad de la economía este 2024
El 2024 deja a Bolivia con un panorama complejo, caracterizado por crisis económicas recurrentes y una creciente tensión social. Los desafíos del próximo año no serán menores, y los expertos coinciden en que se requiere una estrategia más integral y sostenible.

Mesa de economía. Foto: Captura
Este 2024 cerrará marcado por tres fenómenos que han configurado el panorama económico, como la inflación persistente y acelerada, la profundización del mercado paralelo de dólares, y el desabastecimiento de combustibles, elementos que, según analistas, han generado una “tormenta perfecta” en la economía del país.
Dichas consideraciones fueron expuestas por los economistas Alberto Bonadona, Daniel Flores y Omar Velasco, en el programa Piedra, Papel y Tinta, de La Razón.
Flores resumió el año en tres aspectos principales:
- Inflación generalizada: Este año, Bolivia experimentó un alza significativa en los precios, que cerrarán con un incremento superior al 14%, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Flores lamentó que este fenómeno afectó el bolsillo de las familias, producto de las limitadas respuestas gubernamentales.
- Mercado paralelo del dólar: En 2023 el dólar paralelo rondaba los Bs 8,50, este año cerró en promedio a Bs 10,20. Este fenómeno, iniciado el año pasado, ha agravado la falta de divisas.
- Desabastecimiento de combustibles: La escasez de diésel y gasolina, que comenzó como un problema leve, se ha intensificado y golpeó tanto al transporte urbano como al sector productivo, especialmente en el oriente del país. Flores destacó que esta crisis contribuyó al deterioro de las exportaciones, que cayeron hasta un 20% en comparación al año pasado.
El economista Bonadona coincidió con su colega y, además, indicó que la crisis actual tiene raíces más profundas. “Ya no exportamos gas ni materias primas en los volúmenes necesarios, lo que reduce la entrada de dólares. Esto impacta las importaciones y, por ende, los precios, generando un efecto inflacionario en cadena”.
En su criterio, a la crisis se sumaron fenómenos climáticos, como la sequía y dificultades en la siembra y cosecha, lo cual intensificó la dependencia de importaciones de alimentos, muchas veces a precios más altos.
Por su parte, Velasco destacó algunos avances positivos, como la adhesión de Bolivia al Mercosur, los BRICS y su participación en el G20, que podrían abrir nuevas oportunidades a mediano plazo.
Sin embargo, advirtió que la falta de políticas integrales ha impedido aprovechar plenamente estas iniciativas.
Flores y Bonadona coincidieron en que, sin un plan claro de financiamiento externo y medidas para estabilizar la economía, los problemas se profundizarán. “La inflación está licuando las deudas, pero también está erosionando el poder adquisitivo de las familias”, señaló Bonadona.
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