Tuesday 2 Jul 2024 | Actualizado a 01:03 AM

Mucha repercusión, escasa recompensa

Jorge Barraza, columnista de La Razón

/ 20 de junio de 2024 / 21:43

Organizar la Copa América en Estados Unidos es una idea atractiva como caja de resonancia y por su efecto multiplicador.

La competencia crece en importancia, se expande, pasa a dieciséis competidores, une a las tres Américas y adquiere una dimensión similar a la Eurocopa, que no es poco decir.

Europa es el continente más próspero y engloba a 55 asociaciones, Sudamérica apenas tiene diez y en naciones con sempiternas crisis. Gran mérito de nuestro querido fútbol sudamericano, muy superior a sus países. Sin ir demasiado lejos, es más prestigioso el fútbol argentino que la Argentina.

Aunque en casi todos es igual. De modo que hay un rédito intangible que no se discute. Pero vender las joyas de la abuela amerita un resarcimiento considerable. Llevar la Copa a Estados Unidos suponía obtener grandes réditos económicos para nuestras asociaciones. Para eso la exportábamos, entre otras cosas.

No parece ser así. Fuentes de Conmebol informaron que los premios de la Copa América para las dieciséis selecciones participantes ascienden a 72 millones de dólares en total. Cada equipo recibirá un fijo de 2 millones por participar, o sea por disputar la primera fase. Eso significa que cada asociación cobrará unos 667.000 por partido. Como mínimo, sorprende.

Es una Copa que posiblemente genere ingresos por 2.000 millones de dólares entre taquillas, parqueo, comidas, mercadeo, publicidad y derechos de televisación (este certamen se transmite a 130 países comunicó el presidente de la Conmebol). En Estados Unidos los estadios están rodeados de gigantescos playones para estacionamiento pues todos los aficionados llegan en auto.

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Hay lugar para decenas de miles de carros y eso cuesta entre 40 y 100 dólares, por lo tanto genera recaudaciones casi tan importantes como las taquillas. Para este choque inaugural entre Argentina y Canadá, según adelantó Conmebol, se agotaron las 70.000 entradas entre todos los rubros. De modo que, sin contar hotelería y demás gastos fuera del estadio, posiblemente alcance los 50 millones de dólares. Uno sólo de los 32 encuentros.

Luego, al pasar de cuartos de final en adelante hay una escala de recompensas económicas. El campeón obtendrá 16 millones (aparte de los 2 iniciales), el subcampeón 7, el tercero 5, el cuarto 4 y así en orden decreciente. No obstante, y sólo por poner un ejemplo, parece insólito que Argentina, que presenta a Messi, quien llena todos los escenarios y moviliza cientos de millones, sea retribuida con 667.000 dólares por cada partido de primera fase. Si queda eliminada, eso es todo lo que obtendrá en la Copa. Es cierto que la retribución de este torneo reparte más del doble que el anterior, el de Brasil 2021, cuando la bolsa de cuartos de final en adelante fue de 19,5 M (en esta es 40) y el campeón se llevó 6,5 M. También cabe reconocer que en la gestión de Alejandro Domínguez los premios de las competiciones aumentaron alrededor del 350%. Realmente ponderable. Pero lo de esta Copa no cierra en función de los grandes ingresos. No condice. 

La campaña electoral para la reelección del presidente Joe Biden está muy enfocada en los residentes latinos, que ya suman 65 millones en Estados Unidos. Y su comité de promoción, entre otras vías, ha escogido muy especialmente la Copa América, que es un imán para los latinoamericanos. Decenas de millones de dólares invertirán en publicidad para convencer a los votantes latinos de las benignas políticas de Biden para los inmigrantes de esta parte del mundo.

“Biden planea un esfuerzo de organización y publicidad para latinos durante la Copa América. Un plan de gasto multimillonario durante el torneo internacional de fútbol apunta a conectar con votantes difíciles de alcanzar”, escribió ayer el colega Michael Scherer en el Washington Post. “Los planes incluyen la venta de camisetas de fútbol de la campaña de Biden, así como una batería de anuncios en televisión y digital en inglés y español en Fox, Univision, radio y otros medios digitales que cubren el torneo”, dice Scherer. Esto da una idea de la relevancia de nuestra Copa.

También, el hecho de que 14 ciudades solicitaran ser subsedes del torneo indica la apetencia que provoca la legendaria Copa y el negocio que representa. Además, es un tubo de ensayo para el Mundial 2026.

“No hay clima de competencia, para nada”, comenta Rafael Crisóstomo, fotorreportero peruano residente en Key Biscaine, península de la Florida. “Llegamos a Atlanta en avión esta mañana y la única referencia al torneo era un pasajero venezolano que llevaba puesta la camiseta argentina. Acá es así. Y en las calles tampoco se ve euforia”, completa Rafa.

Pese a ello, la Copa promete ser espectacular, por el fútbol y por la puesta en escena, con estadios espectaculares y rebosantes de público. Este es un torneo para la televisión, y eso es lo que verá el televidente: alegría, confort, grandes jugadores, selecciones mundialistas, Messi… La trastienda no le interesa demasiado. Pero hay una trastienda. Una vez que hizo pie en Estados Unidos, es difícil que la Copa retroceda en ciertos aspectos. Las federaciones sudamericanas no querrán que los premios bajen de esos 72 millones (que muchos piden a cuenta uno o dos años antes). Y nadie aceptaría volver a jugar con diez equipos, esto achicaría los ingresos. No será fácil devolverla a América del Sur. Pasó con la Copa Oro de la Concacaf. Al comienzo se jugó en El Salvador, Guatemala, Honduras, Costa Rica, Trinidad Tobago, Haití, México… Cuando llegó a Estados Unidos en 1991, no salió más de allí. Las últimas 17 ediciones se realizaron en la patria de Washington. Algunas, compartidas con Canadá o México, para democratizar un poco.

Eso puede suceder con la Copa América.

El mejor de todos, un 0 a 0

Jorge Barraza, columnista de La Razón

/ 2 de julio de 2024 / 00:23

Trepidante, intenso, emotivo, dinámico, dramático, incierto… Fue, con diferencia, el más atractivo de los primeros 20 encuentros de la Copa América: México 0 – Ecuador 0. Y no hubo goles. Así es el fútbol de ilógico y apasionante.

México, al que señalan por tener “todo arreglado con la Concacaf y la Conmebol para avanzar en la Copa porque llena los estadios en Estados Unidos”, se quedó afuera en un partido en el que hubo cinco jugadas de posible penal a su favor y no le concedieron ninguno.

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José Ramón Fernández, periodista estelar de Canal 13 de México, en su programa “Fútbol picante”, opinó que “fue un partido de bajo nivel”. Y Felipe Ramos Rizo, famoso réferi mexicano, mundialista, hoy analista reglamentario, resto importancia en el resultado a la actuación del guatemalteco Mario Escobar: “fue malo para los dos lados, hay un penal que no se sanciona, pero también hay una expulsión que no hacen de Chávez al minuto 52’. Fue un arbitraje muy irregular, con serios problemas y al final pita un penal que él cree que existe falta, pero la toma nos permite ver que el jugador de Ecuador juega perfectamente el balón y después tienen que revisar. El VAR le dice que no es falta y corrigen de forma correcta. Fue un arbitraje muy irregular, de muy bajo nivel y en mi opinión, como ha sido en todo el torneo”. Así es este juego, cada quien lo mira con un prisma diferente.

* México brama. El hincha mexicano ya no tolera más frustraciones. La eliminación en primera fase ha desatado una bronca nacional. “INSOSTENIBLE”, es el único título en portada del famoso diario deportivo Esto. “El Tricolor sigue en crisis. La eliminación nen Copa América se suma a los fiascos en el Mundial de Qatar y la Nations League. El proyecto no funciona”. En algunos sondeos, el público votó culpables y este fue el veredicto: 50% los directivos, 27% Jimmy Lozano, el DT y 23% los jugadores.

* México se incendia. David Faitelson, famoso colega azteca de la TV TUDN escribió en Twitter: “Fracaso monumental. México no merecía la siguiente ronda de la Copa América… No fue capaz de meter un miserable gol… Fracaso tras fracaso y todo ‘se tapa’ para proteger el maldito negocio… Que den la cara aquellos que han puesto a nuestro futbol en está tétrica situación… Que no se  escondan… Lamentable la crisis del fútbol mexicano… No sirve de nada haber jugado mejor que Venezuela y Ecuador… Ellos juegan la próxima semana, tú te vas a casa…” Hay veinte frases más del mismo tenor, con estas es suficiente.

* México juega. En verdad, la selección verde (el domingo con un espantoso diseño que la tornaba algo así como borravino) dominó casi todo el juego, superó al mediocampo ecuatoriano y creo las mejores ocasiones. Pudo haber ganado. Es un equipo joven, con velocidad y tremenda entrega. Lo condenó su ineficacia: un gol en tres juegos. Y marcado por el excelente lateral izquierdo Gerardo Arteaga, no por un delantero. “Juega bien, pero si no tenés gol no tenés nada”, dice Rubén Deleva, ex arquero argentino, hoy comentarista televisivo.

* Heroica. La defensa ecuatoriana, que sacó todo sin desmayar nunca. Siempre decimos que tiene marcadores de nivel mundial Ecuador. Y seguimos convencidos. Félix Torres, Piero Hincapié, William Pacho, el ahora ausente por lesión Pervis Estupiñán pueden estar dos horas seguidos sacando pelotas de abajo y de arriba. Y no sólo por aptitudes, también garra, aguante, personalidad. Había que soportar el asedio mexicano… En ese contexto, lo de Félix Torres fue memorable. Gran parte de la clasificación le pertenece.

* Clink, caja. La Copa sigue facturando, incluso puede llegar a mejorar el promedio de asistencia de la Eurocopa. México-Ecuador llevaron 62.565 aficionados. La de América suma una media de 48.003 entradas por partido, la de Europa gana por poco: 51.931.

* Extenuante. “De avión en avión, de aeropuerto en aeropuerto. Agotador. Un trajín impresionante. Y encima con derrotas”, cuenta desde el WhatsApp Fernando Jiménez, director de Todo Sport, de Lima. “Voy de Fort Lauderdale a Los Ángeles. Cinco horas de vuelo, pero hay que estar tres horas antes. Una hora para llegar al aeropuerto y otra para ir hasta el hotel en Los Ángeles. Escribo en la sala de embarque, en donde puedo… Estuve en diez ediciones de la Copa América, esta es la más agotadora de todas. Vi los tres partidos de Perú, de lo demás no vi nada, he pasado viajando. Y en los centros de prensa de los estadios a los periodistas no nos dan ni un vaso de agua, no que te lo obsequien, ni para comprar”.

* Regreso. El presidente de la Federación Chilena volvió a Santiago al frente de la delegación. Le comentó a su círculo más cercano que no descansará hasta que se tomen medidas contra el árbitro colombiano Wilmar Roldán, a quien el país entero considera responsable directo de la eliminación. Ya avisó que no aceptará la invitación que recibió de Alejandro Domínguez, el titular de la Conmebol, para asistir a la final de la Copa América en Miami. También planea un viaje a la casa del fútbol sudamericano, en Asunción, apenas finalice el certamen para reunirse con Domínguez y expresarle su malestar por los errores arbitrales que han condicionado los encuentros de la Roja. Las Eliminatorias ahora son su gran preocupación. Chile fue un fracaso notable, no ganó ningún partido y no marcó goles, pero la culpa es de Roldán.

* Nostalgia. “Tuve la percepción de la nostalgia, es la copa de la añoranza de los latinos que están fuera de su país y llevan a sus hijos nacidos aquí en Estados Unidos para mostrarles con orgullo cómo es la selección de su país”, dice Francisco, colombiano radicado en Miami, tras asistir al Argentina-Perú. “Ya no con la pasión con que se vive en América Latina sino como un partido de béisbol o un abierto de tenis. Es todo pacífico, falta atmósfera”.

(2/7/2024)

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Chile y Paraguay, como Perú y Bolivia

Jorge Barraza, columnista de La Razón

/ 30 de junio de 2024 / 21:39

“No hay titulares y suplentes”, mienten los directores técnicos, para congraciarse con la tropa. Los hay. Por algo unos juegan de entrada y otros quedan de reservas.

Por eso los médicos y kinesiólogos hacen imposibles para tratar de poner en condiciones a la figura del equipo, el crack que en dos jugadas decide el partido o el líder que orienta a la manada.

Esto vale, sobre todo, para Argentina, que llega con el cartel de campeón y posee un buen equipo titular, pero no le sobran figuras. Paredes no es Mac Allister, Pezzella no es Cuti Romero, Lo Celso no es Messi y así en cada puesto. Con los once titulares, en una buena tarde y con un plan acertado, Argentina puede avanzar e incluso repetir el título. El carácter lo tiene. Pero el latiguillo de que “puede armar dos selecciones” es una simple exageración.

* Fenómeno. Con sustitutos, porque casi tenía ganado el grupo y prefirió dar descanso a los habituales, sin Messi, igual Argentina convocó a 64.972 espectadores en Miami. Lleva 216.642 entradas vendidas en tres partidos. Juegue donde juegue, es la selección más convocante del mundo. Y con diferencia.

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* Sin gustar. Pero no satisfizo su actuación. Le ganó a Perú 2-0 porque este Perú no presenta oposición. Jugó de movida Alejandro Garnacho, la gran figura joven del Manchester United. Mal. O no está para esta selección o habrá que esperarlo mucho. No desequilibra, choca permanentemente. Sus jugadas no prosperan. Debe levantar mucho. Exequiel Palacios es un baluarte en el Bayer Leverkusen que fue el suceso de la temporada en Europa. No le da para ser titular en la Albiceleste. Pasa con varios. La camiseta nacional pesa el doble.

* Inquietante. Pese a que venía de empatar con Chile y perder con Canadá, Perú tenía todavía la posibilidad de clasificar a cuartos de final con ganar por la mínima. Pero jugó sin querer jugar, como haciendo tiempo. Desde el minuto uno demoraban en exceso sus jugadores para hacer un saque de arco, un tiro libre, un lateral. Insólito. No atacó nunca. Apenas un tiro al arco desde lejos en todo el partido. Perú y Bolivia parecen hermanados en este asunto de la pelota. No producen jugadores porque no se trabaja en formación de nuevos talentos. Reina la informalidad.

* Palo. “Hacía mucho no veía a una selección tan pobre. Pero pobre de verdad. Falta de actitud, o quizá sí, la tienen, pero torpes con el balón. Con miedos, dudas y temores. Chocaban con los argentinos y rebotaban. Les hacían transiciones rápidas y corrían como loquitos. Sin una marca eficaz. Con un caprichoso Paolo Guerrero, que le hace daño al país con su terquedad de seguir jugando. Ya cumpliste tu ciclo. No es tu chacra, Paolo. Es el equipo que representa al país, no está a tu merced, por más que hayas hecho faenas fabulosas en antaño…”, Textual del editorial del deportivo Todo Sport, de Lima, a cargo de su director Fernando Jiménez.

* Vinotinto. Venezuela tiene peores condiciones de país que todos sus vecinos sudamericanos, pero evoluciona en fútbol porque hay búsqueda, reclutamiento y formación de jóvenes. Está trabajando con una lista de 350 jugadores con edad de Sub-17 y Sub-20 formados fuera del país. Hijos de inmigrantes. Son las camadas que vendrán en tres o cuatro años. Lo mismo acontece con Ecuador, comenzó a escalar en el continente, a conseguir triunfos y ya ha participado en cuatro Mundiales porque alumbra jugadores. Buenos, muy buenos. Mejoró el biotipo, la técnica y, sobre todo, la mentalidad. No hay secretos en esto.

* Albirroja. La última intervención de Paraguay en un Mundial fue en 2010. Luego de aquello devino una debacle futbolística total. En selecciones y clubes. Ahora le han surgido algunos delanteros importantes como Julio Enciso, Micky Almirón, Ramón Sosa, no obstante, sigue pagando los años de no haber descubierto figuras. También se va de esta Copa por perder los dos primeros partidos, cuando la Albirroja fue siempre animadora. Nótese que los equipos que más rápido se van de la Copa son todos campeones y de la Conmebol antes que de la Concacaf.

* Inquietante. La actualidad de Chile, futbolísticamente hablando. Se va de la Copa América eliminado en primera fase sin ganar y sin marcar un gol. No clasificó a los Mundiales 2018 y 2022, va octavo en la Eliminatoria para 2026. No asistió a los últimos cuatro Mundiales Sub-20 y tampoco participa del fútbol en los Juegos Olímpicos desde el año 2000. Las inéditas conquistas de la Copa América en 2015 y 2016 elevaron el nivel de autoestima del hincha chileno, pero aumentaron el grado de exigencia y eso genera crisis. Ahora, el país pide triunfos y la selección (mucho menos los clubes), no están en condiciones de corresponder. Se le fue extinguiendo la Generación Dorada y no han salido nuevos valores. Ricardo Gareca es un excelente entrenador, pero esto es fútbol, no futbolín, se juega con humanos, no con muñequitos.

* Memoria. La prensa chilena habla de “escándalos arbitrales” que lo sacaron de la Copa, sobre todo ante Canadá, y se une en identificar al árbitro colombiano Wilmar Roldán como el villano del 0 a 0 que costó la eliminación. “Que no dirija nunca más a Chile”, declaró el presidente de la federación chilena, Pablo Milad. Los medios reclaman lo mismo. En la final de la Copa América 2015 que ganó Chile, jugada en Santiago, al minuto 33 Messi fue a recibir un balón y Gary Medel, desde atrás, le pegó un patadón terrible en el pecho al 10. De “patada histórica” fue calificada. Era para dos noches de calabozo. No fue expulsado Medel, apenas recibió una amarilla que más sabía a condecoración que a castigo. El árbitro era Wilmar Roldán. El partido terminó 0 a 0 y en penales Chile levantó la Copa. Fue un fallo absolutamente decisivo en la definición del título. Con errores, Roldán es el mejor árbitro de Sudamérica con varias vueltas de ventaja sobre el segundo.

* Juicio. “La Roja llegaba a Estados Unidos con el riesgoso optimismo que dan los amistosos y no supo calibrar esa realidad”, dice el magnífico colega chileno Danilo Díaz. Y amplía: “Muchos creían que la llegada de Gareca provocaba un milagro. El fútbol, sabio como siempre, nos recuerda que, sin jugadores de nivel, las expectativas tienen que ser moderadas”.

 * Pregunta. Entre hoy y el miércoles se vuelven a casa, derrotadas, las selecciones de Chile, Perú, Bolivia, Paraguay… ¿Volverán al frente de las delegaciones los presidentes de sus asociaciones…? ¿Serán los primeros en bajar del avión…?

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Esta Colombia no promete, cumple

Jorge Barraza, columnista de La Razón

/ 29 de junio de 2024 / 21:42

Cuarenta y tres grados a la sombra el viernes por la tarde en Arizona. Allí, Colombia goleó a Costa Rica 3 a 0. “Pero el estadio es climatizado, si no aquí no se podría jugar -dice Tito Puccetti, relator estrella de RCN y Win Sports, de Colombia-. Dentro del recinto hay 22 grados, agradable, afuera es un horno”, completa.

Quizás por eso la concurrencia no pasó de 27.386 espectadores, casi todos vestidos de amarillo. Arizona no será sede del Mundial en 2026, aunque es posible que la FIFA exija aire acondicionado en todos los escenarios que lo ameriten. En eso, Catar fue pionero.

* La Costa Rica que había defendido a sangre y fuego las murallas de su fortaleza contra Brasil se vio desbordada por esta Colombia que muestra una mentalidad completamente diferente a todas las Colombias anteriores que este cronista vio: más competitiva, más convencida, más fuerte de la cabeza, más decidida a ganar o, en último caso, a no perder, sin miedo escénico, más guerrera, lo que se nota en las divididas, en los roces.

No hay un funcionamiento revolucionario ni sistemas novedosos indescifrables para el rival. Es un equipo diríamos sencillo, que pasa la mayor parte del tiempo en campo rival porque quiere ganar todos los partidos. Los exjugadores de selección se enojarán, como ocurre siempre, pero hay un temple que antes no se veía. ¿Qué en los tiempos del 5 a 0 había más riqueza individual…? Es posible, sí, nombres más rutilantes: Valderrama, Asprilla, Freddy Rincón, el Tren Valencia. ¿Qué en otras épocas se jugó mejor…? También, cuando los Maturana Boys. Pero esta es una roca mentalmente y aquellas otras versiones no. Esta no promete, cumple.

* Dominio y contundencia. Aunque es necesario hacer el reparo del rival, este fue, quizás, el partido más redondo de toda la era Lorenzo. Que tiene números fantásticos: 22 partidos invicto, con 17 victorias y 5 empates. No busquemos intrincadas elucubraciones tácticas, Colombia es un equipo que intenta jugar bien, por abajo, lejos de su arco, dominando. Es, por espíritu solidario y virtudes individuales, una expresión eficiente ante todo, con dos volantes clave, que son Ríos y Lerma, en realidad dos asistentes de todos, los de arriba, los de abajo, los laterales.

*¿Qué es Lorenzo…? Lo que se advierte: un individuo simple para vestir, para responder en las ruedas de prensa, para comunicarse con los jugadores y para exponer su estilo. Tiene las ideas clarísimas y ve brillantemente el fútbol. Se nota en sus frases, cortas, cada palabra en su sitio, cada juicio con mesura. “Tratamos de manejar cada partido desde el control, desde la posición, desde el funcionamiento”, dice. Es lo que se ve en la cancha. “No vamos paso a paso, vamos pelota a pelota”.

* Modestia. Le preguntaron si trabajaba mucho en pelotas quietas dado que 11 de los 43 goles marcados en su era llegaron por esa vía. No lo enfatizó: “Trabajamos, sí, pero no podría decir cuánto, qué porcentaje, sí nos quedamos a ensayar después de los entrenamientos”. Y se quitó importancia: “Pasa que también tenemos a James, que es uno de los mejores centradores del mundo”.

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* Resurgimiento. Justamente, una de las más atinadas decisiones de Néstor Lorenzo fue creer en James cuando pocos confiaban (se autoincluye este cronista). Y, sobre, todo, no asignarle funciones específicas en el campo, dejarlo libre, boyante, para que sea el comodín, el punto de descarga para el extremo, los interiores, los volantes de contención.

Sin lugar ni tarea fijos, simplemente recibir, triangular y lanzar. Sin que tenga que correr a nadie, para que utilice toda su gasolina en crear. No es “uno de los mejores” sino el mejor centrador del mundo, por encima de Messi, de Alexander Arnold, de Modric, de Kroos. Cada centro suyo es medio gol. Él no levanta el envío al área para ver si alguien acierta, lo manda intencionado, teledirigido, doblando hacia afuera para que el cabeceador se encuentre con el balón ya orientado y casi de frente.

Eso, desde la izquierda. Desde la derecha va combado contra el arco para que un simple roce o desvío lo mande adentro, como en el gol de Lerma a Paraguay. Hacerle dos goles de cabeza a Paraguay es como venderle juguetes a la China. Se los hizo por él.

* Once fijos. Esta es una de esas selecciones que se recordarán de memoria: Vargas, Muñoz, Dávinson, Lucumí y Mojica; Ríos y Lerma; Arias, James, Luis Díaz y… Ahí está el punto. El 9, el gran dolor de cabeza colombiano de los últimos años, el puesto que por ineficacia costó un Mundial. Borré se sacó sólo del once titular la tarde frente a Paraguay. Inexistente, invisible, ni en el área ni afuera, ni gol ni juego. ¿Y entonces qué…? Entonces, Córdoba. Ante Costa Rica y ante los que vengan. Se ganó la camiseta. Sabe bastante con la bola, mete la carrocería y no lo mueven, ataca los espacios, se muestra, porque quien marca el pase es el delantero, no el lanzador. Le hicieron el penal, marcó un gol, fabricó otro clarísimo con centro atrás, pero Lucho Díaz amagó, amagó, amagó… Todavía está amagando. Es balsámica la aparición de John Córdoba para Colombia, era el único puesto flaco, donde no había un indiscutible.

* Prudencia. Puso un freno, Lorenzo: “Todavía nos falta para pelear de igual a igual con los grandes”. Por eso, más allá de la clasificación asegurada, sería importante para Colombia poner toda la carne en el asador contra Brasil. Para defender el primer lugar y evitar más adelante a Uruguay, y para probarse a sí mismos que pueden contra un peso pesado. En algún momento perderá, es natural. Pero aquella prédica del técnico al asumir de que “hay que mentalizar para ganar”, prendió. Esta Colombia no tiene miedo de ganar. Y está para conseguir cosas importantes.

* Despegue. El de Brasil, al ganar 4 a 1 a Paraguay, que ya quedó eliminado. Es un resultado engañoso. Fue más parejo que lo que indica el marcador. Ahora Brasil deberá vencer a Colombia para tratar de ganar el grupo y esquivar en cuartos de final a Uruguay, la bestia negra del torneo.

* Provocativo. La figura brasileña fue Vinicius, autor de dos goles y de varias jugadas audaces, hábiles y también provocativas. Pareciera que, además de pasar al rival, quisiera gozarlo. Esto generó algunos tumultos. Los jugadores guaraníes se picaron con razón. Aún tiene 23 años Vinicius (cumple 24 el 12 de julio); a esa edad, Neymar tenía 67 partidos de selección, con 46 goles y 25 asistencias. Vinicius lleva 5 goles y 4 asistencias en 27 juegos. El tiempo dirá cuántos títulos gana Brasil con Vinicius.

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Cuando pierde la selección, pierde el país

Jorge Barraza, columnista de La Razón

/ 29 de junio de 2024 / 00:40

Amigos, familiares, compañeros, público en general le preguntan al periodista: ¿Qué tal está la Copa América…? Buena, linda, aún no alcanza para tildarla de apasionante.

Con sorpresas: los dos triunfos seguidos de Venezuela, la victoria de Panamá sobre Estados Unidos, el empate de Costa Rica ante Brasil. Faltarían más goles, pero empiezan a llegar.

Aún con el calor que agobia a buena parte del territorio norteamericano (Canadá 1 – Perú 0 se disputó con 39 grados) y con campos de juego no muy aptos, se juega a fondo, hay intensidad, ida y vuelta y tensión, como los choques Colombia-Paraguay, Chile-Argentina y algunos con increíble ardor como Ecuador-Venezuela, Brasil-Costa Rica y EE.UU.-Panamá. Nos animamos a pronosticar que mejorará en los tramos finales.

* Uruguay, ese ogro. Nadie lo quiere enfrentar y es el principal candidato al título. Ya había terminado el 2023 de la mejor manera, venciendo con autoridad a Brasil y Argentina (a esta, de visita).

Este año luce aún mejor. Es un equipo joven, con un estado físico fantástico, con el carácter y el compromiso por la camiseta que son norma en la Celeste. Y con el Manual de Bielsa. Esto es, vértigo, ataque tras ataque, rápida recuperación, jugar mucho por las puntas. Los diez jugadores de campo que golearon a Bolivia 5 a 0 tienen un promedio de 25,6 años.

Perfecto para el desgaste físico que pide el técnico rosarino. Y, a pesar de la juventud, todos tienen años de Primera y de selección. O sea, frescura y veteranía al mismo tiempo. Los uruguayos tienen selección, mínimo, para dos Mundiales. Está claro por qué Bielsa no cuenta con Godín, Cavani, Coates, Vecino y tiene a Luis Suárez de suplente. Necesita atletas para 95, 98 minutos.

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* Reflexión. La dejó Bielsa en rueda de prensa después del Uruguay-Bolivia: «Cuando un equipo crea muchas opciones de gol y convierte un porcentaje alto de ellas, eso deja un saldo positivo. Uruguay, la mayoría de las veces que llegó a la altura del último tercio del arco rival, logró cambiar la velocidad de las jugadas y convertir las posesiones en situaciones profundas, de calidad y con peligro”, inició Bielsa. Lo que el Bambino Veira llamaba “cambio de ritmo” e insistía tanto en ello: “sin cambio de ritmo no hay sorpresa, y sin sorpresa no hay gol”.

* El dolor de Bolivia. Saber de antemano que vas a perder. Y perdés. Duro. Y nadie hace nada. No se dan cuenta que cuando pierde la selección, pierde el país. Una pena. A la tarde en el diario, en los pasillos, en la cafetería, la pregunta era la misma: “¿Cuántos nos mete Uruguay, hoy…?”. Y tras la puntual goleada, los memes, crueles: “Bolivia juega de rojo para que no sepan que son ellos”. Y por la noche, los comentaristas hablan de “la subida de los laterales”, del “recambio generacional”, “la línea de cuatro o de cinco”… Fruslerías. El problema es de fondo: de dirigencia, de informalidad, de falta de visión, de contratar técnicos baratos, de la inexistencia de un plan nacional de formación juvenil, de no tener un centro de entrenamiento modelo como todas las selecciones del mundo. “Hay que dejar de ser pesimistas, tenemos lo nuestro, hay talento futbolero, no seremos la selección campeona del mundo porque tenemos nuestra realidad y dificultades, pero sé que se puede y hay que creer en los bolivianos”. Lo dijo Fernando Costa, presidente de la Federación Boliviana, antes de subir al avión para Estados Unidos. “Hay que creer en el talento boliviano”, concluyó. ¿Cómo ser optimistas, ingeniero…?

* Subidón. En una sola jornada, el promedio de goles se elevó de 1,83 a 2,14 gracias a los 8 tantos en una sola jornada, Estados Unidos 1 – Panamá 2 y Uruguay 5 – Bolivia 0. La Copa empezó a calentar motores.

* Récord. Ya puede decirse que esta edición 2024 fijará una nueva marca de asistencia de público para la Copa América. La anterior era la de 2016, también escenificada en EE.UU., en la que se vendieron 1.504.635 boletos (a una media de 47.019 por partido). La actual, en los primeros 14 juegos arroja 713.492 (50.964 por juego). Y faltan 18 cotejos. Además, resta lo más sustancioso: la tercera fecha completa y la fase eliminatoria. Podría superar el millón setecientos mil pagantes y alcanzar los 300 millones de dólares sólo en taquillas, apenas uno de una decena de rubros de negocios. En la ronda final todos los partidos se jugarán en estadios para 65.000 a 80.000 personas.

* Horno. En la feroz (e injusta) campaña de desprestigio sufrida por el Mundial de Catar, la famosa revista Der Spiegel, la más importante de Europa, le dedicó su portad con un título catástrofe: “PAÍS HORNO”. No era tan así. Al menos entre noviembre y diciembre. Se trataba de un calor intenso, pero tolerable, y por la noche la brisa del mar traía un fresquito que obligaba a ponerse un abrigo. Y los estadios estaban climatizados. En el campo la temperatura era ideal para los futbolistas, entre 21 y 22°. En Estados Unidos, en junio y julio, cuando se disputará el Mundial 2026, el calor golpea duro. “Hace muchas semanas que en Miami estamos con 40 grados, y la humedad es insoportable. No se puede estar sin aire acondicionado”, dice Johani Ponce, periodista venezolana. “Barranquilla es una nevera al lado de esto”, agrega Tito Puccetti, narrador y comentarista estelar de RCN y Win Sports, de Colombia, hablando de Arizona, donde Colombia enfrentó a Costa Rica. “Es como estar en un asadero de pollos, pero ser el pollo”, ironiza Ricardo Henao, su comentarista. ¿Habrá refrigeración en el Mundial 2026…? Huuuuuummmm… Estuvimos en el de 1994 y nos cocinamos en Chicago, en Los Ángeles…

* El Gordo y el Flaco. El país más finito de América derrotó al más grueso. Y con solvencia. Panamá, 4,5 millones de habitantes, un hijo putativo de los Estados Unidos (335 millones), le dio vuelta el bote al equipo de la rayas y las estrellas. Perdía 1 a 0, atacó con furia todo el partido y terminó ganándole sobre el final. Con buen fútbol. Hace justo 30 años, Panamá estaba en el puesto 140 del Ránking Mundial. Hoy es el 43. Algo bueno pasa allí.

* El señor Naciones Unidas. Estados Unidos ganaba con gol de un fantástico delantero: Folarin Balogun, que parece un embajador de la ONU. Es nacido EE.UU., se crió desde los dos años en Inglaterra, tiene padres nigerianos y desarrolla su carrera en Francia. Posee triple nacionalidad y jugó en las selecciones juveniles inglesas, pero decidió defender la camiseta blanca. Tremenda potencia, 22 años, ambicioso para el arco. Ponerle el ojo.

(29/06/2024)

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Hagan goles, caballeros

Jorge Barraza, columnista de La Razón

/ 28 de junio de 2024 / 00:23

Las colonias de residentes latinoamericanos en Estados Unidos agradecen tener la Copa América allí. Es un contacto maravilloso con su país, con sus raíces. Acude gente que en muchos casos ni es futbolera, pero que hace un viaje a la patria a través de la camiseta.

Y se reúnen en familia. Un señor boliviano que trabaja en Naciones Unidas compartió vuelo con nosotros y nos comentó: “Tengo cuatro hijos y varios nietos en Estados Unidos, ya arreglamos hace dos meses juntarnos todos en Orlando para el partido Bolivia-Panamá del 1° de julio”. No les molesta hacer un gasto importante una vez que su selección los visita.

Se embanderan con sus colores, sonríen, se ven felices. El resultado es accesorio, igual van. Son los mejores clientes de la Conmebol y de los organizadores norteamericanos. Los que llenan los estadios y consumen generosamente.

“Decepción nacional”, “Estamos en el hoyo”, “Negro panorama”, son los encabezados de los diarios mexicanos y resaltan que es la primera derrota de su selección ante Venezuela en la historia (0-1).

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El carácter intacto

La afición de México recontraabarrotó el SOFI Stadium de Inglewood, en Los Ángeles. Una mole gigantesca que oficialmente tiene un aforo para 70.000 espectadores, pero en el que se vendieron 72.773 boletos. Un penal de Salomón Rondón le dio el triunfo y la clasificación a la Vinotinto. Hace 49 años, en la Copa América de 1975, Venezuela caía 11 a 0 ante una Argentina “B”. O “C”, sin jugadores de Boca, River, Independiente, San Lorenzo… El tiempo no les ha pasado en vano, crecieron.

Venezuela ha clasificado con antelación a la fase siguiente y puede darse el lujo de poner suplentes en la última fecha, pero seguramente no lo hará pues en caso de perder el primer lugar debería jugar con Argentina y todos prefieren esquivar a los campeones.

No obstante, México se debatió con grandeza y merecía llevarse algo. Los últimos quince minutos fueron de un dramatismo asfixiante. México atacando por aire, mar y tierra, Venezuela defendiendo con el alma. Hasta un penal tapó su magnífico arquero Romo. En la última fecha chocan México y Ecuador, un duelo imperdible.

Los cuatro goles del Ecuador 3 – Jamaica 1 fueron bienvenidos para mejorar aunque fuera levemente el raquítico promedio de gol que se registra hasta ahora: era de 1,70 y pasó a 1,83, pero la Copa sigue con menos de dos goles por partido. Algunos lo adjudican al calor extremo que azota algunas ciudades, a los criticados campos de juego, pero en 2016 también se jugó en la misma fecha en Estados Unidos y hubo muchas más conversiones, la media fue de 2,84. O sea, un gol más en cada juego. Mucho.

En aquel torneo de 2016, el chileno Claudio Bravo, por entonces en el FC Barcelona, fue declarado el mejor arquero de la Copa América Centenario. Ocho años después, ya con 41 y dos meses de edad, volvió a la titularidad de la Roja y mostró un nivel sorprendente. Es sin duda el mejor guardameta de la historia de Chile. Evidenció dos cosas: la evolución notable del puesto de arquero y la extensión de la carrera de los futbolistas. Aún cuando los arqueros perduran más porque deben trajinar menos. Pero también los reflejos se van. Bravo luce impecable y sigue en el Betis español.

Ecuador cambió el chip frente a Jamaica, salió con una notable decisión de triunfo, aunque no fue tan sencillo como indica el resultado. Y la fatalidad que tuvo ante Venezuela en el minuto 18 esta vez se revirtió completamente en fortuna. Primero porque Hincapié (sigue en alto nivel) quiso mandar un centro desde la izquierda, la bola rozó el botín del jamaiquino Palmer y se coló en un ángulo alto del golero Waite. Luego, porque un cabezazo de Félix Torres en el área adversaria pegó en codo del lateral Gregory Leigh. No hubo intención alguna de tocarla con la mano, pero el VAR y el juez entendieron que sí era falta y se sancionó penal. Importantísimo que lo haya ejecutado Kendry Páez, y que fuera gol, para darle confianza y galones al joven de 17 años, quien, como ya dijimos, tiene enormes facultades técnicas, pero al que hay que ayudar en este comienzo de carrera en la más difícil de todas las funciones del fútbol: crear juego.

Fue un partido de ida y vuelta, con alta intensidad, en el que se percibió una diferencia de calidad a favor de Ecuador. Hubo 24.074 aficionados en las tribunas, casi todos ecuatorianos. Que podrían colmar un estadio, pero el sorteo destinó a Ecuador en la costa oeste, donde no está su colonia más grande. En Nueva York podría completar un estadio solo: en todo el estado viven 300.000 inmigrantes del Ecuador.

Lo más lindo de la tarde llegó final, en el minuto 91: el gol de Alan Minda. Por lo electrizante de la maniobra y por el corolario de la misma. Pugnaba Jamaica por el empate, hubo un despeje en el área tricolor y nació una contra mortífera. Minda corrió 60 metros con la pelota sin perder el dominio ni que se le adelante; aún perseguido, siempre mantuvo el control de la acción, y al llegar al área definió con gran seguridad al segundo palo. Un gol que dice mucho del autor y lo eleva a la categoría de jugador de selección, variante interesante para titular o primer cambio. Nadie hace ese gol sin ser bueno. Ya había mostrado las uñas en el debut ante Guatemala, en marzo. Y llega a la red.

¿Qué es Jamaica…? Un equipo físicamente espectacular, aunque sólo físicamente. Técnicamente les da con lo justo y poseen baja comprensión del juego. De los 16 que enfrentaron a Ecuador, hay doce ingleses -juegan ahí por la nacionalidad de sus padres-, un estadounidense y tres jamaiquinos puros. El hecho de que ocho de sus jugadores habituales actúen en Inglaterra no se nota, no hacen diferencia. Sí hay tres que, se advierte, son de otra categoría: Mikhail Antonio, goleador del West Ham, De Córdova-Reid, armador del Fulham y Ethan Pinnock, excelente zaguero del Brentford. Son dirigidos por un islandés, Heimir Hallgrímsson, quien no se levanta del banco en todo el partido para dar una indicación. Ni pestañea, nada lo altera.

Hallgrímsson combina su trabajo de técnico con el de odontólogo. Alcanzó la fama por tres sucesos: siendo DT de Islandia eliminó a Inglaterra de la Eurocopa 2016 al vencerlo 2 a 1; clasificó a Islandia por primera vez a un Mundial en Rusia 2018 y finalmente igualó con Argentina 1 a 1 en ese mismo torneo. Tres hitos. Los pacientes lo esperan impacientes en Reikiavik, pero ya mismo vuelve, Jamaica es el primer eliminado de la Copa.

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