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Palabra devaluada
La palabra enunciada verbalmente se ha sustituido por una escritura devaluada, abreviada y fugaz
La Razón (Edición Impresa) / Paula Martino *
11:54 / 21 de abril de 2017
Estamos sumergidos en un mundo donde las relaciones virtuales han tomado más relevancia que las reales. Nos guste o no, las relaciones que se establecen por intermedio de las pantallas se han impuesto. Poseen una modalidad mostrativa instantánea: los usuarios publican momentos de su vida y estados de ánimo de manera compulsiva, dándole lugar a escenas de ficción montadas casi cinematográficamente. La voz deja de tener su lugar. La mirada del “otro” pasa a ser el objeto a capturar.
A través de las redes sociales, queda plasmado, en imágenes, palabras escritas e íconos ilustrativos, lo que una persona quiere transmitir a sus contactos y seguidores. El objetivo es atrapar la mirada del “otro”: ninguna persona subirá a su cuenta una publicación donde no se trasluzca algún signo que pueda ser cautivante para los demás.
La palabra, en tanto palabra dicha, enunciada verbalmente, se ha sustituido por una escritura devaluada, abreviada y fugaz. No es lo mismo decir “Te amo” a alguien mirándolo a los ojos que escribirlo en una pantalla a una otredad virtual, con la connotación del Amor Líquido de Zygmunt Bauman.
Encontramos nuevos términos que han sido incluidos naturalmente en el vocabulario de los internautas, palabras que años atrás hubiesen sido imposibles de imaginar: “twittear”, “retwittear”, “googlear”, “arrobar”, “likear”, entre otros…
Dentro de estos nuevos significantes, el famoso “likeo”, o “Me gusta”, merece una mención especial. Se trata de un término delicado y sobrevalorado ante el cual los usuarios adoptan una actitud de ansiosa espera a la aprobación del “otro”. “Me gusta” o “No me gusta” son frases determinantes para una persona que, lejos de conducirse por lo que desea, se confirma o desvanece ante la mirada del resto.
Las relaciones virtuales son una pseudorrelación de sujeto a sujeto. Hoy en día la relación predominante es la de un sujeto con un objeto, que es el dispositivo electrónico. Refugiados detrás de una pantalla, los usuarios se despojan de sus filtros y se atreven a escribir cosas que, frente al otro, serían incapaces de decir. La meta es alcanzar el mayor número de seguidores y retwitteos, para lo cual el fin justificará los medios: ser mirados, nombrados, reconocidos... aunque no sea sino a través de la agresión y la polémica.
* es psicóloga clínica, con orientación psicoanalítica.
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