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COP21 e intenciones
No obstante los discursos y “buenas” intenciones, los países ya empezaron con los remilgos acerca de sus intereses, puesto que esperarán que los resultados de la COP21 se ciñan a sus pretensiones.
Editorial
00:00 / 02 de diciembre de 2015
Desde el lunes 30, en París, Francia, se reúnen representantes de 173 países en la vigesimoprimera Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP21), un evento que fue convocado para alcanzar un acuerdo climático mundial que entraría en vigencia desde 2020.
En el encuentro participan más de 150 jefes de Estado y de gobierno y representantes de organismos internacionales e instituciones de las naciones, quienes manifestaron su preocupación, lo cual, seguramente, seguirá como leitmotiv (tema recurrente) hasta el final del encuentro previsto para el 11 de diciembre.
Pero el evento no queda solo en la reunión de estos personajes que, de algún modo u otro, de acuerdo a las circunstancias que les interponen sus intereses están en la responsabilidad y posibilidades de impedir la tragedia que se avecina sobre el planeta como consecuencia de la contaminación.
También el encuentro evidencia la responsabilidad de la población mundial para exigir sus derechos de vivir y desarrollar actividades en un medio ambiente sano, lo que está contemplado a nivel mundial como un derecho de tercera generación.
De este modo, es valorable que el fin de semana previo al conclave en la capital francesa se hayan movilizado en 175 países más de 785.000 personas en unos 2.300 acontecimientos coordinados por la organización El Mundo en Acción (Avaaz).
Sin embargo, en un intento de medición del interés que pudiera haber por el tema ambiental, se puede promediar que cada unas de estas concentraciones para pedir una transición energética, de combustibles fósiles a energías renovables, tuvo un promedio de menos de 342 personas.
Lo que demuestra que hay poco interés y, seguramente, reducida información sobre este derecho humano para que se alcance movilizaciones más contundes y multitudinarias que logren respuestas positivas.
De retorno a la Conferencia en París, durante la inauguración el lunes, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (onu), Ban Ki-moon, hizo votos para que en el encuentro se logre un acuerdo “universal, ambicioso, creíble y a largo plazo”, porque “el futuro del planeta depende de ustedes, no nos podemos permitir la indecisión, estamos llamados a la transformación de nuestro modelo de desarrollo, la transición ya ha empezado pero necesitamos su ayuda y su visión para acelerarlo”. No obstante los discursos y “buenas” intenciones, los países ya empezaron con los remilgos acerca de sus intereses, puesto que esperarán que los resultados de la COP21 se ciñan a sus pretensiones.
Por ejemplo, esto sucede con el presidente de China, Xi Jinping, que, según reportes, defenderá un acuerdo vinculante que tenga en cuenta las diferencias en los niveles de desarrollo entre los países y que revise los objetivos nacionales cada cinco años; además, como una continuidad para la tragedia, esta nación asiática, la más contaminante del mundo junto con Estados Unidos, ha señalado que sus emisiones de efecto invernadero alcanzarán su nivel máximo en 2030 y que recién bajarán a partir de entonces, lo que quiere decir que en los próximos 15 años la Tierra continuará su agonía y estará mucho peor para esa fecha. De igual modo, muchos países participantes de este rimbombante encuentro mundial, persistirán en el modelo de desarrollo extractivista.
Etiquetas
COP21, intenciones, gaceta, editorial